"La vida es una caja de chocolates", le dijo la mamá a Forrest: "nunca sabés lo que te va a tocar".
Y es así, no más. La rutina es rutina pero no. Porque a cada rato, a cada paso, puede pasar eso tan inesperado que no sabés si es lo que querías, lo que buscabas, lo que necesitabas, o lo que no. Pero lo que en ese momento es, está. Es así.
No hay mejor momento que el que te toma por sorpresa, el que no pasa desapercibido. Esas conversaciones con gente que no conocés, que quizás nunca vuelvas a ver, pero a la que siempre vas a recordar, porque aportó algo. Quizás más que la gente que te rodea a diario.
Y también hay momentos en que conocés una persona, que no esperabas, pero llega. Después verás en qué evoluciona la relación, primero detenete a disfrutar.
Y es así, no más. La rutina es rutina pero no. Porque a cada rato, a cada paso, puede pasar eso tan inesperado que no sabés si es lo que querías, lo que buscabas, lo que necesitabas, o lo que no. Pero lo que en ese momento es, está. Es así.
No hay mejor momento que el que te toma por sorpresa, el que no pasa desapercibido. Esas conversaciones con gente que no conocés, que quizás nunca vuelvas a ver, pero a la que siempre vas a recordar, porque aportó algo. Quizás más que la gente que te rodea a diario.
Y también hay momentos en que conocés una persona, que no esperabas, pero llega. Después verás en qué evoluciona la relación, primero detenete a disfrutar.