Cuando era chica (11 años, ponele) me regalaron un libro de Ana María Ramb que se llamaba "Azul Secreto". Era la historia de una chica que tenía una especie de diario intimo (azul, por eso el nombre) pero no muy convencional, por ejemplo: ella citaba a Bernard Shaw, dibujaba caligramas (incluso de Apollinaire). Estudiante secundaria, la chica tenía que aprender para la clase de matemática lo que es razón y proporción.
Entonces para entender algo que odiaba hacía un paralelo con su realidad: "Fulanito es a Menganita como Sultanito es a mi, yo soy a Sultanito como Menganita es a Fulanito", ponele, ahora no recuerdo todos los personajes del libro. Pero es algo muy bueno para aplicar a la vida, porque suele darse así, salvando las diferencias.
Por ejemplo: Yo soy a R como B es a mí, como M es a B. B es a M como R es a mí, como yo soy a B.
O sea, una mierda. Pero simpática manera de mirarlo.
Entonces para entender algo que odiaba hacía un paralelo con su realidad: "Fulanito es a Menganita como Sultanito es a mi, yo soy a Sultanito como Menganita es a Fulanito", ponele, ahora no recuerdo todos los personajes del libro. Pero es algo muy bueno para aplicar a la vida, porque suele darse así, salvando las diferencias.
Por ejemplo: Yo soy a R como B es a mí, como M es a B. B es a M como R es a mí, como yo soy a B.
O sea, una mierda. Pero simpática manera de mirarlo.