breve pero buena
Un día yo estaba en mi casa.
Llovía.
Yo esperaba.
Suena el timbre, es horrible el sonido del timbre pero lo esperaba.
Afuera llovía.
Yo tenía anteojos.
Te abrí la puerta y te dije que se me estaban mojando los anteojos, y me dijiste: “Y claro!” y algo más que no me acuerdo.
Una vez más, me estabas enseñando tanto.
Y no, no lo soñé.
Los ojos ciegos... ¿bien abiertos?
Llovía.
Yo esperaba.
Suena el timbre, es horrible el sonido del timbre pero lo esperaba.
Afuera llovía.
Yo tenía anteojos.
Te abrí la puerta y te dije que se me estaban mojando los anteojos, y me dijiste: “Y claro!” y algo más que no me acuerdo.
Una vez más, me estabas enseñando tanto.
Y no, no lo soñé.
Los ojos ciegos... ¿bien abiertos?