[ Shock ]

Ok, acabo de vivir un episodio de persecución automovilística que es mucha más acción de la que pretendo un jueves a la noche.


[ Ah ]

Situaciones como ésta le hacen a uno replantearse el sentido de la vida. Bueno, no, mentira. Pero hoy en el laburo pasó una vecina y le contó a mi jefe que el hijo se había clavado un grisín en el ojo (lo juro, en mi laburo pasan cosas así). Entonces mi jefe me hizo contarle a la señora madre mi experiencia cercana a la muerte cuando me ahogué en la pileta de casa a los 2 años (sí, casi muero y ni me acuerdo). Y la señora puso una cara de horror terrible (cara de madre horrorizada) y luego de contar dos anécdotas de conocidos suyos que habían perdido sus hijos ahogados en la pileta, me dijo "No era tu día".
A la salida del laburo estuve pensando en eso de que no era mi día de morir, y pensé que la vida me debe querer, a pesar de todo, porque en realidad nunca me pasan cosas malas o que pongan en riesgo mi vida. Hasta recién. Pero parece, por suerte o vaya uno a saber por qué, que hoy tampoco era mi día... ni el de las dos amigas que venían conmigo.
Menos mal. Tengo tantos planes.