El otro día (ayer, si mal no recuerdo) me compré el último número de NAH!
Acto seguido:
Me tomo el bondi para ir al laburo.
Me siento en la última fila de asientos, esa que es larga, al fondo. Me siento en el 2º asiento contando desde la ventanilla, entre dos personas de sexo masculino. Comienzo a leer mi NAH! y noto que uno de los dos miraba de reojo mi revista. Un pibe más o menos de mi edad.
Al rato de andar, se baja la persona sentada del lado de la ventanilla (no el pibe más o menos de mi edad). Me corro al asiento contiguo a la ventana. El pibe más o menos de mi edad se corre también un asiento para seguir ojeando mi revista, obvio.
Fue mucho más gracioso en ese momento que ahora que lo cuento.
Pero lo realmente gracioso es la NAH!
Acto seguido:
Me tomo el bondi para ir al laburo.
Me siento en la última fila de asientos, esa que es larga, al fondo. Me siento en el 2º asiento contando desde la ventanilla, entre dos personas de sexo masculino. Comienzo a leer mi NAH! y noto que uno de los dos miraba de reojo mi revista. Un pibe más o menos de mi edad.
Al rato de andar, se baja la persona sentada del lado de la ventanilla (no el pibe más o menos de mi edad). Me corro al asiento contiguo a la ventana. El pibe más o menos de mi edad se corre también un asiento para seguir ojeando mi revista, obvio.
Fue mucho más gracioso en ese momento que ahora que lo cuento.
Pero lo realmente gracioso es la NAH!