Todos hemos tenido profesores que son “personajes”. Pero la verdad, hace tiempo no tenía unos tan... “estrambóticos”, por así decirlo.
La profesora de Primeros Auxilios está del tomate mal. Es el último año en que va a dar clases, así que se ve que le chupa un huevo y se deschavetó. En la clase de ayer, nos mira a mí y a la chica sentada al lado mío y nos dice, de uno que se sienta atrás a la derecha: “a este pibe le falta un tornillo”... amén de los ejemplos que da para cada cosa: que los glóbulos rojos son un colectivo, el 60 ponele... un personaje la vieja.
El de Expresión Oral y Escrita, un loco lindo, digno de ser miembro de la “Orden del Tornillo” de Quinquela Martín. Súper serio, tira chistes que te hacen reír. Y al final de la clase te lee un cuento buenísimo, de su autoría, que casi casi arranca lágrimas.

Parece que basta con que uno decida abandonar una carrera para que le ofrezcan laburo en ese rubro. Hoy me llamaron de una editorial. Igual vamos a ver qué onda la oferta, obvio no les dije que había dejado. Ssssshhh!

En otro orden de cosas, hoy soñé un abrazo. Me desperté, recordé el sueño y me puse contenta. Claro que después me desperté del todo y de verdad verdad, y no fue tan lindo porque es un abrazo que no tengo. No necesito un abrazo, necesito ese abrazo.

Por último, viajar a las 7 am en el Roca cual sardina enlatada hasta Constitución no es TAN malo ecuchando a Roberto Pettinato en el reproductor de mp3. Es malo, pero no TAN malo. Debo ser la única boluda que se ríe apretujada en el tren.