Este post va dedicado al Sr. Numa, integrante de TB7 y amigo de la casa, simplemente por que pidió más chismes. Y porque me cae bien, no crean que cualquier cosa que pidan se las voy a dar eh.
Comentaba yo los otros días sobre la chica esta que mi hermano trae a casa cuando mis padres no están. Cuando habla de la muchacha en cuestión, no le pone etiqueta alguna, sólo se refiere a ella como “la chica que vino ayer”, “la chica ésta” y acto seguido agrega el nombre. Como si creyera que si dice sólo el nombre no me voy a dar cuenta de quien habla.
También comenté que de unos años al día de hoy, con mi hermano nos llevamos mucho mejor que cuando éramos bestias, digo niños, y la “madurez” (?) hace que podamos tener una relación más sana, más cordial, más amigable, más cercana.
Bueno, resulta entonces (vamos al meollo del asunto, porque me encanta decir meollo y por lo visto me encanta irme por las ramas, la tangente, etc) que el domingo antes de irnos a almorzar a lo de mis tíos por las celebraciones pascuales, la llevamos a “la chica que vino ayer” hasta su casa. Mientras mi hermano encendía el auto, yo abría el portón del garage. Mientras yo abría el portón del garage, “la chica ésta” se subió al auto… en el asiento trasero*. Quizás parezca una nimiedad, pero eso es una actitud muy respetable, creo yo. O sea, no es como la novia anterior de mi hermano, una desubicada total. Jaja. --> me estoy riendo, pero no alocadamente. (*dejando el asiento delantero libre para que lo ocupe yo)
Volviendo al relato, la dejamos en la casa y cuando seguimos viaje mi hermano me pregunta qué me parece la chica en cuestión. Le digo que no me cae mal aunque no la conozco mucho. Y ahí aprovecho para confesarle que su novia anterior no me caía nada bien, cuestión de piel, era muy confianzuda, bla bla bla le explico. Se rió un toque. Buena señal. Por suerte, no tiene en vista volver con la ex.
Y a esta chica, yo le pongo unas fichas. Veremos veremos después lo sabremos.
Comentaba yo los otros días sobre la chica esta que mi hermano trae a casa cuando mis padres no están. Cuando habla de la muchacha en cuestión, no le pone etiqueta alguna, sólo se refiere a ella como “la chica que vino ayer”, “la chica ésta” y acto seguido agrega el nombre. Como si creyera que si dice sólo el nombre no me voy a dar cuenta de quien habla.
También comenté que de unos años al día de hoy, con mi hermano nos llevamos mucho mejor que cuando éramos bestias, digo niños, y la “madurez” (?) hace que podamos tener una relación más sana, más cordial, más amigable, más cercana.
Bueno, resulta entonces (vamos al meollo del asunto, porque me encanta decir meollo y por lo visto me encanta irme por las ramas, la tangente, etc) que el domingo antes de irnos a almorzar a lo de mis tíos por las celebraciones pascuales, la llevamos a “la chica que vino ayer” hasta su casa. Mientras mi hermano encendía el auto, yo abría el portón del garage. Mientras yo abría el portón del garage, “la chica ésta” se subió al auto… en el asiento trasero*. Quizás parezca una nimiedad, pero eso es una actitud muy respetable, creo yo. O sea, no es como la novia anterior de mi hermano, una desubicada total. Jaja. --> me estoy riendo, pero no alocadamente. (*dejando el asiento delantero libre para que lo ocupe yo)
Volviendo al relato, la dejamos en la casa y cuando seguimos viaje mi hermano me pregunta qué me parece la chica en cuestión. Le digo que no me cae mal aunque no la conozco mucho. Y ahí aprovecho para confesarle que su novia anterior no me caía nada bien, cuestión de piel, era muy confianzuda, bla bla bla le explico. Se rió un toque. Buena señal. Por suerte, no tiene en vista volver con la ex.
Y a esta chica, yo le pongo unas fichas. Veremos veremos después lo sabremos.