La vida es realmente algo increíble.
Hoy estamos acá, mañana estamos allá, pasado estaremos quién sabe donde.
Hasta que un día no estamos más, claro, pero desde el momento en que estamos hasta el momento en que dejamos de estar (o pasamos a estar quién sabe dónde), es todo tan impredecible. Tan implanificable.
Ponele, toda tu vida pensaste que ibas a seguir medicina, psicología o abogacía. Pero resulta que una vez terminado el secundario, empezás la facultad y al año te das cuenta de que no es eso lo que realmente querías. O sí, empezás la carrera y te encanta, pero claro, quedaste embarazada. O tuviste que empezar a laburar y no podés dedicarle a tu carrera el tiempo que quisieras.
Ponele, te enamorás. De alguien que se enamora de vos. Tu vida es color de rosa, los pájaros en las calles cantan para vos y todo te sonríe. El mundo es perfecto, ya pensás en cuántos hijos vas a tener con tu novia en unos años, cuando de repente un día ella te sale con que conoció a otra persona y ya no te ama como antes.
Ponele, tus viejos te bancaron toda tu vida y lo siguen haciendo, no necesitás laburar y vivís en tu mundo, colgado de una rama. De repente tu viejo queda sin laburo, tu vieja se enferma y tenés que arremangarte y salir a ganar un mango para vivir.
Ponele, encontraste el amor de tu vida, el futuro padre de tus hijos, el hombre ideal. Te casás, tienen niños hermosos. Después de años de casados, un día te das cuenta que tu marido te engaña con la secretaria.
Por más que uno haga los planes que haga, planee para su futuro lo que planee, cualquier cosa que te imagines es muy poco factible de que su cumpla de tal manera. Sin embargo, esto no quiere decir que nuestras vidas están simplemente libradas al azar, sin más. A pesar de todo eso, uno tiene que tener objetivos, y hacer todo lo que esté a su alcance para que se cumplan. La ambición no es mala cuando se refiere a un punto, un estado, un lugar en el que queremos estar y hacemos todo lo posible por conseguirlo. Claro está, sin hacer rodar cabezas ajenas.... Y aunque la vida es tan tan impredecible (lo cual no siempre es malo), y por más que no podamos manejar todas las situaciones que nos rodean, sí podemos hacer todo lo posible para alcanzar ciertas metas. No todo es tan malo, ni todo es tan imposible... y mucho depende de uno.
Creo.